Vivir con vértigo no es tan simple como tener una fobia a las alturas. Quienes lo padecen saben que es una sensación de estar girando. La forma más sencilla de describirlo es como estar de pie y sentir gira todo alrededor.

Hay varios grados de vértigo, desde el simple sentimiento de estar fuera de balance por un segundo, al que tiene dificultad para mantener el equilibrio y no ser capaz de realizar las tareas cotidianas normales, como caminar o conducir.

Los ataques de vértigo pueden durar, desde un par de minutos, hasta días demasiado largos y que a menudo ocurren de repente sin previo aviso.

Las víctimas del vértigo a menudo afirman estar deprimidos y también sufren de estrés fácilmente porque la condición les impide trabajar.





Las causas más comunes y fácilmente tratables son las siguientes:

Benigno Vértigo Posicional: Esto es cuando el cuerpo es incapaz de establecer un equilibrio y en ciertas posiciones, como movimientos de la cabeza inclinada puede desencadenar un ataque de vértigo (este es uno de mis causas de la lectura, mientras que la inclinación de la cabeza en el escritorio).

Enfermedad de Ménière: Una condición o problema con el oído interno como el oído interno es responsable de mantener el equilibrio. Esta condición se diagnostica fácilmente cuando se visita al médico, normalmente cuando se hace referencia a un oído, nariz y garganta. La enfermedad es tratable y en algunos casos puede ocurrir de nuevo.

Migrañas: Muchas personas que sufren de vértigo informan que durante los ataques de migraña también se dio síntomas de vértigo o incluso el día después de que una migraña sufren de ataques de vértigo.
Otras causas de vértigo

Vestibular Neuronitis: Inflamación de uno de los nervios que se extiende hacia el oído interno que es responsable de la entrega de mensajes sobre el equilibrio cuerpos. La inflamación afecta a la entrega de ese mensaje que te hace sentir fuera de equilibrio y mareos.

Todas las condiciones mencionadas anteriormente se diagnostican con facilidad, pero también hay muchas otras causas como el estrés, la dieta, la hidratación, desequilibrio hormonal, la depresión, etc que pueden causar ataques de vértigo que son difíciles de diagnosticar y tratar.